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28 de marzo 2009
jeannette paillan periodista y realizadora mapuche
"Lo indígena es un tema, y un tema que vende, aunque no siempre se trate con ética"
por: María R. Aranguren- Fotografia: r. zarrabeitia


Jeannette PaillanHay un discurso que Jeanne-tte Paillán detesta. El que todavía persiguen muchos productores que se acercan en sus coches a una comunidad indígena y afirman ser los primeros en descubrirla. Paillán ha participado en la Muestra de Cine y Cooperación organizada por Mugarik Gabe, Bilbao.

Pertenece a la Coordinadora Latinoamericana de Cine y Comunicación de los Pueblos Indígenas (CLACPI), que aglutina a un grupo de personas y organizaciones que trabajan para fomentar el acceso de los indígenas a la cultura audiovisual.

Con esos precedentes, cuando un indígena coge una cámara, ¿percibe recelo en su propia comunidad?

Es un proceso. No hay comunicador que no lo haya experimentado. Hay una idea negativa de las imágenes, se dice que nos roban el alma, y eso tiene que ver con que siempre hemos sido fotografiados y grabados, pero luego esas imágenes nunca han sido vistas por las propias comunidades.

En la Muestra la exhibición indígena se ha basado, principalmente, en el género documental, ¿por qué?

Los documentales son un buen soporte. Sin embargo, sin despreciar, hasta ahora hemos sentido que los documentales que realizábamos estaban llegando a un público convencido. La intención es llegar a un público mucho más crítico que esté dispuesto a pagar, y eso implica técnicamente cambiar de formatos y prepararnos. Odiamos la marginalidad. No queremos que lo indígena se iguale a centros culturales, a exhibiciones en salas pequeñas o al televisor.

Los pueblos indígenas se han mantenido al margen de la historia del cine, ¿le preocupa que esto repercuta en la calidad de las producciones?

Sí, a veces te llega un poco de ansiedad por eso. Es una de las razones por las que me fui a estudiar cine a Madrid, y no soy la única. Hay muchos mapuches que están estudiando cine hoy día. Por otro lado, no siempre se cuenta con financiación, sobre todo si quieres mantener independencia. Chile está muy politizado. La situación mapuche se ha politizado exageradamente. Si yo opto a un fondo del Estado chileno, éste lo usa para decir que ha financiado cine mapuche y para alardear de ello mientras, por otro lado, mantiene militarizadas las comunidades.

Ha estudiado cine en Madrid pero, ¿el acceso a estudios de cine es una realidad en los pueblos indígenas?


No. No es común. Cuesta mucho. Yo nací en el sur, pero hice mi enseñanza media y universitaria en Santiago de Chile. Entré en el audiovisual por casualidad.

¿Cómo?

Una comunidad en la cordillera tenía un problema con un particular y una transnacional que los estaba expulsando de sus tierras en las que habían vivido toda la vida. Conocí el caso con otros amigos, nos fuimos, grabamos con una cámara doméstica, sintetizamos el trabajo, lo exhibimos y nos dimos cuenta del impacto que generaban las imágenes. Los líderes mapuches habían viajado durante mucho tiempo tratando de denunciar y nunca habían logrado ese impacto. Poco a poco fuimos produciendo nuestros propios materiales, muchos de ellos autofinanciados, y en 1998 nos incorporamos al CLACPI.

¿Qué vincula a los miembros del CLACPI?

Lo que plantea el CLACPI es que los trabajos audiovisuales tienen que servir a las comunidades, no pueden estar despegados de los movimientos indígenas y tampoco tienen que responder a dinámicas individuales. Estamos en sintonía con el cine. El cine es una herramienta colectiva donde cada uno cumple un rol importante. Eso nosotros lo hacemos con bastante normalidad porque estamos acostumbrados a trabajar mucho más colectivamente y en función de un proyecto.

¿Será más o menos libre el cine indígena cuando pueda desvincularse de esa temática?

El cine da cuenta de la visión que tiene un pueblo. Y un pueblo no solamente es las costumbres y las tradiciones, sino los procesos que vive. Y uno de los procesos que vivimos los pueblos indígenas, y particularmente el pueblo mapuche durante muchos años ya, es un proceso de resistencia. Mientras ocurra el cine va a tener que dar cuenta de ello.

¿Cómo se acoge el cine indígena fuera de Latinoamérica?

Con mucha más fuerza. En Sudamérica se produce muy poco, así que somos competencia. En Canadá, Europa o en los EE.UU., las producciones indígenas tienen cabida en muchos festivales, y no sólo especializados. Hoy la temática indígena es un tema, y un tema que vende. Todo el mundo quiere hacerlo. En otro tiempo ser indígena estaba asociado exclusivamente a la marginalidad.

¿Este cambio es bueno o malo?

Esto tiene sus pros y sus contras. Lo bueno es que, cuanto más realicemos, mucho mejor. Lo negativo es que no siempre se hace con la ética con la que uno quisiera y finalmente se plantean proyectos que se imponen desde fuera a las comunidades.

En las agrupaciones que conforman el CLACPI, ¿hay más indígenas que blancos, o al revés?

Los impulsores del proyecto fueron básicamente antropólogos que trabajaban con pueblos indígenas y que veían en estos soportes instrumentos para que los indígenas elaboraran sus propios mensajes. El CLACPI hoy está conformado por indígenas, y también hay proyectos en México, Brasil y Bolivia que tienen que ver con ese acompañamiento que hacen personas u ONG que no son indígenas pero que trabajan esta temática. Paradójicamente, estos proyectos son los que tienen una continuidad en el tiempo y los que más producen.

¿Cómo es la relación con los medios de comunicación?

Las comunidades están tomando cada vez más conciencia de la importancia de los medios. Antes teníamos que llamar a las comunidades para que nos contaran qué estaba ocurriendo. Ahora son las propias comunidades las que desde el mismo hecho de la noticia llaman a la radio o a los periodistas para comunicar. Las radios son mucho más aliadas. La prensa y la televisión responden a otros intereses.

suS frases

"Los líderes indígenas nunca lograron con sus denuncias el impacto que producen las imágenes y el cine"

"No queremos que el cine indígena se vincule siempre a centros culturales y a salas pequeñas"

http://www.deia.com/es/impresa/2009/03/28/bizkaia/kultura/547519.php